Primer Contacto: El Meister que ya no lo era

El atardecer comenzaba a terminarse mientras el infinito cielo daba paso a una oscura pero apacible noche. Poco a poco, el tono rojo/naranjo era reemplazado por un azul oscuro con pequeños destellos de estrellas y astros. El enorme sol de estruendosas carcajadas era sustituido por la luna de demente sonrisa. El ciclo continuaba, rutinario y sin sorpresas. Mientras algunas personas terminaban su día laboral, otras daban comienzo a largas horas de trabajo. Pero este no era el caso de un joven anciano y su querido nieto. Ambos caminaban de vuelta a su vivienda ubicada justo al lado de uno de los caminos que llevaban a la reconocida Death City. El anciano, leños en hombro, iba contando alguna de sus historias vividas en su juventud, la cual el mas pequeño, que no pasaría los 5 años, escuchaba atentamente. El inocente niño también llevaba su carga, aunque mucho menos pasada, si tan solo eran unas cuantas ramas cargada con sus brazos. Ya faltaba poco para llegar, sin embargo, algo alerto a ambos. La sonrisa del anciano se borro y su relato termino abruptamente cuando vislumbro, a lo lejos, un humo negro que se elevaba alto, aun visible debido a que las luces del día no parecían querer abandonarlos. A pesar de tantos años encimas, el hombre mayor era fuerte, debido a sus tareas diarias. Desde pequeño había forjado su cuerpo bajo el rigor del trabajo fuera de la ciudad. Comenzó a correr, alarmado, con el niño siguiéndole de cerca.
Al estar a unos 10 metros o menos, se encontraron con la figura de un encapuchado, que observaba fijamente como las llamas devoraban su casa. El anciano soltó un gemido de angustia. Había vivido allí por mas de 40 años, allí había criado a su nieto. A paso lento, resignado, se acerco a la figura que observaba todo. Al estar al lado de este, noto que tan solo era un joven, de rebeldes cabellos castaños. Tenía una mirada indiferente en su rostro y las manos en los bolsillos. La capucha era parte de una campera roja. Llevaba pantalón corto negro y unos googles en la cabeza.

-¿Joven, que pasó aquí?-

Pregunto el anciano, soltando los leños para cubrir con un brazo a su nieto, el cual veía sorprendido como el fuego consumía su hogar. El anciano estaba desconfiando del muchacho. Pero en su honorable y bondadoso corazón albergaba la esperanza de que aquel muchachito no tuviera nada que ver en ese desastre… No sabia cuan equivocado estaba. Ante la pregunta, el aparente adolescente sonrió, observando de reojo al hombre mayor.

-Es un espectáculo. El fuego, digo. Es como hipnotizante y relajante a la vez, a pesar de que sabes que si lo tocas saldrás herido. Una extraña belleza ¿No lo crees viejo?-

El anciano gruño, apretando su puño. Observo a su querido nieto y lo que vio, le sorprendió más que la imagen del fuego delante de él. El pequeño tenia un miedo atroz, se le notaba en su pura mirada con gesto de temor absoluto. Temblaba descontroladamente. Soltó las ramas que llevaba y abrazo fuertemente a su abuelo, quien se sorprendió aun mas ¿Por qué tanta sorpresa? Fácil. El niño observaba directamente, no al fuego, si no al extraño cercano a ellos. Al supuesto joven encapuchado…

-Lo siento viejo. Bueno, en realidad no. Pero no te preocupes, nadie los va a extrañar-

Lo siguiente que atino a hacer el hombre mayor, fue proteger al pequeño con su cuerpo, a expensas de su propia integridad. Un potente golpe atravesó su pecho. Escupió sangre, pero aun así no cayo. No dejo de proteger a su luz, a su esperanza, al ser mas querido que tenia. Lo observo, por sobre su hombro, y solo logro expresar un par de palabras, con suma dificultad.

-Corre, corre-

Sintió un doloroso movimiento, nuevamente en su pecho. Esta vez si cayo, arrodillado, al suelo. Pero nunca perdió de vista a su pequeño. El niño, completamente asustado, con ríos de lágrimas recorriendo sus mejillas, hizo lo que se le ordeno. Siempre lo había hecho, siempre había hecho caso a su abuelo. Corrió lo más rápido que lograron sus piernas. Gritando, pidiendo auxilio. Death City estaba muy lejos, lo sabía. Tal vez no habría nadie en kilómetros. Atrás, cercano al fuego, el joven demonio tomo el alma de su reciente victima. Pero en vez de devorarla, la alejo con asco. Dirigió su vista hacia el pequeño, ya bastante lejos de el. Soltó una carcajada. Nunca podría escapar de el. Ahora tenia una nueva presa y era de sus favoritas. El alma de un niño… Si, no había nada más delicioso.

No tenia ganas de estar en mi habitación de Shibusen...esa carta, hubiese querido no enviarla jamas, no...no no no estaba bien estaba feliz, m-mis padres se habían tomado la molestia de responder... ellos estaban muy ocupados todo el tiempo, por eso la carta era tan cortante y fría... debía ser eso, t-tenia que ser eso... sacudí la cabeza y salí con prisa de Shibusen. Daria una vuelta, tal vez encontrara a Kay o a Aki-san de ser así iríamos a tomar un helado como habíamos acordado, salí de la escuela con una sonrisa en mi cara, estaba bien, todo estaba bien... se estaba haciendo tarde así que lo mejor seria no tardarme.

No conocía la ciudad, después de todo llevaba poco viviendo aquí... por lo que después de una vueltas había terminado a las afueras de esta...ya había oscurecido, el camino se alumbraba solo por unos cuantos faroles y la luz de la sonriente luna, caminaba observando todo con curiosidad. Solté un suspiro, a la vez que me detuve frente a una señal con indicaciones, varias flechas apuntaban hacia diferentes lugares, me decidí a seguir la que decía "Shibusen" para regresar antes de que se hiciera mas tarde.

Apenas había dado unos cuantos pasos cuando un pequeño niño me choco por detrás, me gire para verle, el pobre lloraba y parecía muy alterado...

-Estas bien pequeño? etto...que sucede?-El niño solo me vio alterado durante unos segundos para después abrazarme y comenzar a llorar de forma desesperada.

-E-el abuelo *snif* el abuelo *snif* y había un incendio y ese chic...-el pequeño no continuo después de eso pues el llanto se lo impidió, pero con esa información...era mas que suficiente. Iría a ayudar al pequeño, por lo que había entendido su abuelo estaba en un incendio o algo así, tendría que ir a ver.

-Esta bien solo dime donde esta tu abuelo...-el niño señalo hacia el cementerio...-bien tu quédate aquí, ok?

Corri hacia el funebre lugar, jadeando llegue a donde un chico estaba parado, enfrente de un monton de escombros cubiertos por fuego...lo mire extrañada, acaso habia encontrado al niño tambien?

-Ho-hola! disculpa sabes que sucedió? un pequeño estaba muy alterado... al parecer su abuelo estaba cerca de aquí, no lo has visto? etto...-lo miraba fijamente, y si el chico era un enviado de shibusen? eso era lo mas probable...-soy una estudiante de shibusen, Yui Hirasawa, arma, tu....tu eres de shibusen también?

Después de descansar el tiempo que me dijo la enfermera, sentí que aquel dolor no era mas necesariamente para angustiarse,al menos por ahora, hechos ya mis deberes y arreglos en mi apartamento, salí y me fui al sitio acordado en death city donde dijimos reunirnos kay,yui y yo, no había ni la mas mínima señal de ellos cerca,me habría adelantado?, no creo, al fin y al cabo pensé que no vendrían, al final me retire de lugar y me dirijí hacia las afueras de death city, vi a un niño llorando en medio de la zona, la razón para mi era desconocida, me acerque un poco al niño aunque no del todo, cuando voltee y vi a una persona corriendo a lo lejos, no sabia que era pero me dio curiosidad de quien fuera o que habría pasado y porque corría lejos del niño, simplemente me decidí a seguir a aquella persona, en un momento vi que paro de correr y se quedo mirando a otra persona un tanto mas lejos que podía definir bien, bueno, algo así, era un chico encaphucado frente a un montón de escombros, cuando estuve cerca de aquella persona que seguía, me di cuenta que era yui, la mire algo extrañado por que no entendía que haría ella en un lugar así, seguramente el niño le habría dicho algo que la hizo venir aquí, paré de correr al lado de ella y le dije con un tono algo dudoso.
-Yui? que haces aqui?-
Voltee a verla y luego voltee a ver a aquel chico encachupado, no me podía explicar bien pero.. de el salia una energía maligna, podía percibir bien la presencia de un alma maligna, aunque no debía juzgar antes de ver, esperaba que mi instinto esta vez estuviera en un error, aun así, no baje la guardia y me prepare para cualquier cosa en caso que fuera necesario.

*llegue corriendo al lugar , para ser especificos , junto a Yui, ya que , a ella estaba rastreando con la persepcion de almas, curiosamente no me fue dificil, me imaginaba que fue por que tenemos una coordinacion de almas, y por que ya me acostumbre a su alma* -Yui , aqui estas...,¿que haces?- *cuando subi la mirada vi a aquel tipo que miraba el fuego, y luego que miraba al niño, casi derrepente note que algo raro sucedia con el, no lo senti como si fuera un humano, me esforze en ver su alma, pero no logre identificarla por completo, se me hace mas facil ver almas con las que eh tenido contacto, aun me faltaba mucho entrenamiento en el sentido de ver almas* -Yui, algo anda mal con ese sujeto...- *vi que Akira tambien estaba con nosotros, en posicion de combate* -Akira ¿tambien lo percibes?- *me quede en posicion de combate mientras sonreia emocionado por la posible batalla, y esperando la respuesta de akira*

La persecución había sido realmente divertida. Era gracioso la velocidad que podía ganar alguien al tener tanto miedo encima, al sentir que podrías perder la vida en cualquier momento. Debía ser cosa de la adrenalina, si, era lo mas probable. Ese pequeño era rápido, estaba claro que era alguien con muchas energías. Corrió y corrió, mientras el joven demonio simplemente le seguía de cerca, entre las sombras, sin perderle de vista. Podría haberlo atrapado en cualquier momento. Podría haber terminado con esa frenética carrera en cuanto se le diera la gana. Pero era divertido, era como el viejo juego del gato y el ratón. Y solo un final era posible. Sin embargo, algo se entrometió en sus planes. O mejor dicho, alguien.

-Buenas noches, señorita Hirasawa ¿Su abuelo dices? Si, vi al viejo, estaba preocupado. Es más, el fue quien me dijo que le devolviera a su pequeño nieto, el cual al parecer, se escapo ¿Podrías llevarme con el? Yo me encargare de entregárselo sano y salvo-

Mintió, dando una sonrisa amable a la chica delante de el. Sin embargo, en su mirada se podía deslumbrar cierto deseo oculto, oscuro. ¿El alma de un arma perteneciente a Shibusen? Sonaba excelente, verdaderamente exquisito. Pero esta noche, que ya se había instalado en Death City y sus alrededores, parecía no querer colaborar con el. Dos personas mas llegaron e inmediatamente se pusieron en guardia. Ambos lucían mas despiertos que la despistada chica, parecían concientes del posible peligro que suponía el Kishin. Eso le hizo soltar una carcajada, para luego sonreír mientras negaba con la cabeza, aparentando decepción. Se notaban bastante nerviosos a pesar de la fachada de duros que mostraban. El hecho de que se plantaran en guardia tan tempranamente, sin siquiera cruzar palabra alguna contra su posible enemigo, le hacia pensar eso. Suspiro, dirigiendo su mirada una vez más a la joven de inocente mirada.

-Señorita Hirasawa. El niño por favor, o el anciano morirá de pena…-

Dijo esta vez mostrando una sonrisa burlona y retirando la capucha de su cabeza. Al parecer todo se volvería aun más divertido ¿Shibusen quería que más sangre se derramara? Esta bien, eso les daría. La noche es joven y la luna también desea mas muerte…

El chico al parecer sabia donde estaba el abuelo del niño, eso me alegro bastante, no pude evitar sonreír con alivio por su respuesta, por supuesto no dejaría que se lo entregara el solo, quería ver con mis propios ojos la cara del pequeño al reunirse con su abuelo, no quería que en mi memoria se quedara el rostro del niño lleno de angustia y lagrimas.

-Eso es un alivio, seguro el pequeño se alegrara de oírlo, el pobre estaba realmente angustiado por su abuelo.

De un momento a otro Aki-san y Kay llegaron, ambos miraban con cierta desconfianza al chico de la capucha, pero ¿por qué? a mi me parecía alguien completamente normal, ademas de que ayudaría al abuelo y al niño a estar juntos de nuevo.

-Estaba buscando al abuelo de un niño, pero gracias a el- señale al otro chico con la mirada- Pues lo encontré más fácil de lo que pensé.

Sonreía para que Aki-san y Kay se calmaran y vieran que todo estaba bajo control, pero de un momento a otro deje de hacerlo, ¿Algo...algo andaba mal con él?, mire a mi técnico confundida... acabábamos de conocerlo...no había motivos para empezar a desconfiar de el muchacho de la nada... Se los comprobaría a ambos! De forma decidida me acerque al joven hasta estar justo a su lado.

-Él tiene razón, chicos el niño y el abuelito están preocupados en este momento, así que lo primero que hay que hacer por el momento es reunirlos, de acuerdo?- Al decirlo mire a Kay a Aki-san y finalmente al chico que ahora estaba a mi lado con confianza, esperando así que todos nos pudiéramos llevar bien...

Continue en posicion de combate esperando el resultado de lo que sucederia, si aquel chico atacaria o se acercaria o algo, pasara lo que pasara, no podia dejar de observar a aquel chico con una mirada con algo de rabia, simplemente podia presentirlo, la maldad en el alma de aquel chico, no me lo explicaba bien, seria un demonio o algo?, posiblemente, de algo estaba seguro, no podria confiar en el ni por un segundo, me limite a continuar igual que hace poco, esperando ver que haria aquel chico, luego llego vent y dijo algo acerca de que si tambien lo sentia, le respondi sin desviar la mirada de aquel demonio.
-Si,tambien puedo percibirlo, aquel chico ya no parece humano-
Despues de eso, yui se acerco con una cara y actitud decidida a probar que estabamos mal,
extrañamente al momento que se acerco no vi una reaccion extraña o algo en aquel chico, aquel desconfianza aun continuaba, estaba seguro de que aquel chico ocultaba algo, no podia estar seguro de que seria pero aun asi me mantuve alarmado en todo momento.

*escuche la respuesta de akira y me convenci aun mas de que aquel chico era un kishin, oprimi los dientes un poco y sonrei ya que podria ser una buena pelea, pero derrepente Yui se le acerco y escuche lo que decia sobre el niño y de como aquel chico la podia ayudar en eso, me hizo dudar un poco, pero aun sentia la energia extraña que emanaba del alma del sujeto, mire a yui* -Yui... nosotros ayudaremos al niño, alejate de ese sujeto, algo raro sucede con el, lo digo enserio, quizas solo finje - *permaneci atento a la reaccion de Yui pero mas aun a la del sujeto de su lado, lo unico que esperaba en ese momento era que Yui tubiera la razon y aquel sujeto no tuviera malas intenciones, pero lo que recibia de su alma me negaba esa idea, ya era bastante tarde y la luna estaba muy brillante, y la casa cercana aun ardia un poco en las llamas, eso me daba a pensar que quizas el chico vivia ahi o pero aun el lo hizo,en todo caso, yui debia alejarse de el enseguida...*

El joven demonio no pudo evitar soltar una leve risilla al ver la peculiar escena. Los dos muchachos seguían con la misma desconfianza de antes, pero aquella chica se mostraba realmente segura de que nada malo sucedía con el ex miembro de Shibusen. Tanto así, que hasta se acerco para quedar a un lado del Kishin, quien se sorprendió un poco ante esta acción. Era verdad, hasta donde él mismo sabia, pocas o tal vez ninguna de ellas, eran las armas que podían sentir de alguna forma precisa la presencia de un alma corrompida. El Kishin la observo de reojo un momento y luego dirigió su mirada hacia los otros dos chicos. Ellos, o mejor dicho uno de ellos, realmente no parecía muy seguro de sus sospechas, es decir, estaba dedicándose solamente a alertar pero sin dar una objeción segura, sin dar un preciso por qué. Lo que le llevo a otro punto: el que sospecharan del chico demonio con tal desconfianza, solo hacia viable una opción, eran Meisters. No muy bien entrenados, pero lo eran a fin de cuentas.

-Bueno, lamento incomodar tanto a tus amigos, Yui-chan. Realmente no creía que la gente de Shibusen se volvería tan hostil-

Mientras decía aquellas palabras, en un tono tranquilo y con mirada entre nerviosa y apenada, el joven demonio rasco levemente su cabeza.

-Les diré qué. Me presentare, así se les borra toda duda de sus mentes. Además, es lo correcto ¿No?-

Pregunto inocentemente intercambiando la vista entre los dos chicos que permanecían en postura de combate. Estaba por empezar a reír como un demente, ya que realmente le daba gracia la extraña situación, pero prefería seguir con la función.

-Mi nombre es Ayasuke Ryoda y alguna vez pertenecí a Shibusen. Debo agregar que las ra-… Ea, ea ¿Qué tenemos aquí? ¡Niño, tu abuelo esta preocupado por ti! Ven, te reuniré con el, así podrán ser felices ambos una vez mas-

Dijo inclinándose para quedar a la altura de cierto pequeño que había llegado a la escena, extendiendo sus manos y de esa forma invitando al crío a que se acercara. El niño tenia un rostro de completa tristeza y lagrimas seguían recorriendo sus mejillas. Pero al escuchar la voz del Kishin, su pena fue reemplazada por miedo. Comenzó a temblar incontrolablemente, mientras corría a esconderse detrás de las piernas de uno de los jóvenes que estaban en posición de combate. Señalo con su pequeña mano temblorosa al joven demonio, pero lo único que logro salir de su boca fueron palabras entrecortadas y sin sentido. Ayasuke sonrió levemente, viendo fijamente con sus ojos al aterrado pequeño.

-Bueno. Tal parece que sigue con miedo… Que se le va a hacer. Uno no puede convencer a todo el mundo de sus buenas intenciones ¿No, Yui-chan?-

Susurro con calma y una mirada indiferente. Luego, en un movimiento rápido y falto de clemencia, se levanto dirigiendo su puño hacia la chica que estaba a su lado, más precisamente, directo a su vulnerable estomago. Esperaba dejarla sin aire y de esa forma fuera de combate. Si los desconfiados esbirros de Shinigami no pensaban iniciar con la fiesta, entonces de eso se encargaría el joven kishin.

Le sonreí al chico pues no tenia por que disculparse, después de todo, no había hecho nada malo ¿o si?, no era justo desconfiar de él sin siquiera conocerle, Kay y Aki-san tenían que dejar de observarlo con tanta hostilidad, pero Kay aun insistía en que me alejase de él. Negué con la cabeza.

-No lo haré Kay, no creo que sea bueno desconfiar sin conocerlo...-lo mire de forma firme, sin una razón valida no me movería de ahí.

El chico comenzó a presentarse de forma amable, Ayasuke, ese era su nombre al parecer, cuando estaba apunto de decir otra cosa el pequeño niño apareció en el lugar. Ayasuke se agacho de brazos abiertos para que el pequeño fuera hacia él...el niño no atino en otra cosa más que correr a esconderse detrás de Aki-san y Kay, el pobre estaba realmente aterrorizado, solo señalaba de forma alterada a Ayasuke...el niño... también? sentí un ligero escalofrió, no, no tenia por que asustarme después de todo el niño estaba bastante alterado por lo de su abuelo... eso...eso debía ser. Lo mire al decir que al parecer el pequeño seguía con miedo y lo demás, asentí levemente y volví mi vista hacia el pequeño.

-No te preocupes pequeño, ahora que estas aquí vamos a poder llevarte con tu abu...- No alcancé a terminar mi oración cuando un fuerte golpe por parte de Ayasuke me dio en el estomago tirándome violentamente. Quede en el suelo tratando de recuperar el aliento...

*comenze a ver que Yui se seguia negando, luego el tipo comenzo a hablar con palabras rebuscadas sobre las buenas acciones o que los de shibusen eramos violentos, luego comenzo a decir su nombre, era Ayasuke Ryoda, y por lo que dijo, era ex-miembro de shibusen, eso solo me hizo tener mas desconfianza de el, en eso el pequeño niño aparecio, y una vez vio a ayasuke se escondio atras de nosotros indicando a ayasuke y temblando del miedo, con eso mi teoria se comprobaba, aquel chico tenia malas intenciones definitivamente , y a jusgar por lo que veia de su alma , lo mas probable es que fuera un kishin* -Ayasuke Ryoda...- *mire a akira con un rostro serio* -Akira, este tipo ...- *antes de que terminara de hablar Ayasuke comenzo a hablar denuevo, pero, terminando con una pregunta hacia Yui, derrepente le golpeo en el estomago lanzandola algo lejos* -Yui!!!- *corri contra ayasuke con ira, y le golpee con una patada horizontal en el torso lanzandolo al piso, luego de eso me acerque de inmediato a Yui para ver si estaba bien* -Yui!- *me quede esperando respuesta, esperaba que no estuviera inconsciente, note que por el golpe perdio la respiracion, asi que tome su espalda y la levante, para que estuviera sentada y le fuera mas facil recuperar el aire, luego mire a Akira, dando un gesto con la cabeza de que "se moviera", despues de todo, el sabia lo que sucedia, no nesesitaba explicarle con palabras que comenzo la batalla* *me quede junto a Yui, esperando que se recuperara, siempre atento a Ayasuke*

Vi que yui aun seguia negando aquella maldad que se podia percibir de aquel joven que estaba parado alli, luego aquel chico empezo a hablar acerca de que el shibusen se habia vuelto violento, luego empezo a presentarse diciendo su nombre y otra cosa, dijo que su nombre era ayasuke ryoda y que era anteriormente un miembro del shibusen, eso en parte me hizo desconfiar mas de el, luego de eso, un pequeño niño aparecio y cuando vio a ayasuke, aterrado se escondio detras de nosotros aun viendo a ayasuke, eso definitivamente me hizo desconfiar totalmente de el, por que para aterrar a un pequeño asi, debio haber hecho algo traumatico hacia aquel pequeño, luego escuche a kay decir algo pero despues se vio interrumpido por ayasuke, de repente ayasuke golpeo a yui en el estomago alejandola algo lejos del lugar donde estaba.
-Yui!- Cuando fui a dar el el primer paso, vi como kay corrio frontalmente hacia ayasuke lleno de ira y lo golpeo con una patada horizontal en el torso, luego se acerco a yui y verifico que estuviera bien, luego hizo un gesto con la cabeza indicandome que me moviera, le hice un gesto con la cabeza tambien indicandole que "si", luego me movi rapidamente hacia ayasuke, dandole un golpe con el puño cerrado en toda la cara, y para solo asegurarme de que diera, rapidamente le di una patada en las piernas, haciendolo caer al suelo, pero antes de que siquiera lo tocara, le di una patada horizontal en el torso, especificamente en el estomago, con suficiente fuerza como apra hacerlo retroceder unos metros.